Queridos amigos,
A mediados de septiembre, mientras la Presidenta Ayala Harris aún se recuperaba de su cirugía, tuve el placer de asistir, en su nombre y en el de ustedes, a la conferencia anual de la Red de Cancilleres Episcopales en Nueva Orleans, Luisiana. Les puedo asegurar que no fue ningún sacrificio de mi parte, ya que Nueva Orleans es una de mis ciudades favoritas en el mundo. ¿Tres días en la Ciudad del Jazz con unos cincuenta abogados de la iglesia? ¡No se me ocurre nada mejor!
Los abogados presentes asistieron para conectarse entre sí, aprovechar la experiencia y conocimientos de sus colegas, y asegurar muchas horas de educación jurídica continua. Sin necesidad de tales créditos, mi horario fue un poco más flexible. Pude escaparme para disfrutar unos beignets y un café de achicoria en el Café Du Monde y ostras frescas en Gallier’s. Incluso tuve la oportunidad de escuchar un poco de jazz clásico de Nueva Orleans.
Una de las realidades más impactantes de la conferencia fue una presentación del Canciller de la PHoD, Michael Glass, y la Rev. Cn. Carla Robinson sobre la diversidad (o falta de ella) entre los cancilleres diocesanos. Allí, en una de las ciudades más negras de Estados Unidos, hubo una conversación honesta y real sobre el hecho de que el 94.74 % de los cancilleres se identifican como blancos, mientras que un 1.32 %, o un solo encuestado en cada caso, se identificó como negro, asiático u “otro”. Al igual que muchas de las conversaciones que se están dando en la iglesia sobre el liderazgo ordenado y la falta de una cantera de liderazgo diverso debido al racismo histórico y a barreras intencionales, el grupo llegó a la clara conclusión de que aún queda mucho trabajo por hacer. Salí de esa sesión esperanzado de que la próxima generación de cancilleres será intencional al elevar voces diversas para que crezcan en el liderazgo, y que algún día la Conferencia de la ECN se verá muy diferente a como se vio en 2024.
Los dos invitados, el Obispo Presidente Electo Sean Rowe y yo, fuimos invitados a dar presentaciones. El Obispo Rowe presentó sobre el cambio adaptativo, algo que será el sello de su ministerio como el 28º Obispo Presidente. Mi presentación se tituló “El Sacerdocio en Constante Cambio y Cómo Pueden Ayudar los Cancilleres”. Les compartí mi experiencia como sacerdote parroquial: cuánto conocimiento legal tengo (aproximadamente 0) y cuánto conocimiento legal necesito diariamente (más del que se podría esperar). Había mucha energía en la sala, y disfruté muchísimo la experiencia.
En promedio, los cancilleres ofrecen unas 20 horas facturables de servicios legales gratuitos a sus diócesis cada mes. Este es un regalo significativo a la iglesia, que a menudo pasa desapercibido o incluso se da por sentado. La próxima vez que se encuentren con su canciller diocesano, vice-canciller o vice-canciller adjunto en la Convención Diocesana, asegúrense de agradecerles por su arduo trabajo y, si son diputados, denles doble agradecimiento por compartir sus dones con la iglesia en general. Fue un placer para mí pasar unos días en Nueva Orleans con los cancilleres. Gracias a la Señora Presidenta por invitarme a asistir.
Gracia y Paz,