14-15 de Junio, 2013
Ciudad de Mexico
Buenos días. Es un honor el haber sido invitada por el Obispo Touché-Porter y el Canónigo Ramos-Huerta para estar con ustedes en este importante sínodo, y estoy feliz de ser la portadora de afectuosos saludos para todos ustedes de parte de la Iglesia Episcopal. En el noventa y cuatro, yo era diputada de la Convención General que estableció el convenio entre nuestras dos provincias autónomas, y me alegra el poder expresar personalmente mi compromiso con dicho convenio.
Yo sirvo como la presidenta de la cámara de diputados de la Iglesia Episcopal, la cual cuenta con un cuerpo legislativo de ocho cientos ochenta miembros, y junto con la Cámara de Obispos, conformamos lo que viene a ser nuestra Convención General. La Convención General es la autoridad máxima en la Iglesia Episcopal. Recientemente, la Convención General ha iniciado conversaciones amplias acerca de cómo reformar la estructura y la misión de la Iglesia Episcopal para poder responder mejor al llamado que Dios mismo nos está haciendo en este Siglo Veintiuno. Honestamente, y tomando en cuenta este momento en nuestra historia común, la Iglesia Episcopal tiene mucho que aprender de la Iglesia Anglicana de México.
En la Iglesia Episcopal estamos batallando con dejar ir algunas de las estructuras corporativas y sus formas dominadoras que, francamente, no nos han convertido en los mejores vecinos en muchos de los casos. En efecto, estamos procurando un entendimiento más claro acerca de nuestra propia identidad como pueblo de Dios, de forma tal que podamos establecer con ustedes en México, y con toda la Comunión Anglicana, redes de trabajo, colaboraciones y relaciones misioneras que sean más firmes, comunes y auto-sostenibles.
Sin embargo, hablar de las estructuras internas de la iglesia puede ser algo difícil; puesto que al hablar de ello, estamos hablando de nuestra propia identidad y de nuestra visión hacia el futuro. Me inspira cómo el sitio cibernético de la Iglesia Anglicana de México expresa su identidad: por México y para México, donde promovemos la libre expresión de ideas y consideramos valiosos a todos, porque todos somos valiosos ante los ojos de Nuestro Dios. Este es el tipo de claridad que la Iglesia Episcopal necesita conforme re-imaginamos nuestro ser.
Nuestra Convención General del año pasado, aprobó una resolución que promueve nuestros objetivos sobre re-imaginar a la Iglesia Episcopal. Deseo compartir con ustedes estos objetivos, puesto que me gustaría pedirles que recen por nosotros, y que reflexionemos juntos acerca de cómo es que nuestros ministerios mutuos y colaboraciones pueden seguir creciendo y floreciendo en formas renovadas y más autosuficientes. Nuestra resolución nos invita a realizar de manera más fiel:
- La proclamación de las Buenas Nuevas del Reino
- La enseñanza, el bautismo y el cuidado de nuevos miembros
- El responder a las necesidades humanas sirviendo con amor
- La búsqueda de cambio de las estructuras injustas de nuestra sociedad
- La lucha por salvaguardar la integridad de la creación, y el sostenimiento y la renovación de la vida en la tierra.
En los próximos días, respondiendo a la gentil invitación del Obispo Touché-Porter y con la ayuda del Canónigo Ramos-Huerta, la Reverenda Glenda McQueen y yo visitaremos la Diócesis de México y la Diócesis de Cuernavaca. Con anticipación me complazco con las visitas que realizaremos a estas Diócesis conforme recuerdo felizmente mi visita a México, esto en los años setentas, con el grupo “Viva la Gente.”
Conforme realizo estas visitas, quiero pedirles un gran favor, sean pacientes con mi español –no se molesten si les digo¡más despacio, por favor!—. Pero mí pedido mayor es que compartan conmigo sus ideas acerca de cómo ustedes esperan que el convenio de acuerdo entre nuestras provincias crezca conforme discernimos nuestro futuro común. Parafraseando lo que ustedes dicen en su página web: háganlo “con la libre expresión de ideas yconsiderando valiosos a todos, porque todos somos valiosos ante los ojos de Nuestro Dios.”
Una de las personas que han sido de lo más valiosas para la Iglesia Anglicana de México es el Obispo Carlos Touché-Porter, a quien deseo agradecer por hacer valer, como Obispo Primado de la Iglesia Anglicana de México, el tipo de liderazgo que era necesario durante este tiempo de transición. Y me uno a sus oraciones conforme se reúnen para elegir a su siguiente Obispo Primado.
Oremos:
Dios de poder inmutable y luz eterna: Mira con favor a toda tu Iglesia, ese maravilloso y sagrado misterio; por la operación eficaz de tu providencia lleva a cabo en tranquilidad el plan de salvación; haz que todo el mundo vea y sepa que las cosas que han sido derribadas son levantadas, las cosas que han envejecido son renovadas, y que todas las cosas están siendo llevadas a su perfección, mediante aquél por quien fueron hechas, tu Hijo Jesucristo nuestro Señor; que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.